James Watson y la genética

Recordamos como se desveló hace sesenta años la estructura del ADN. Y nos acercamos a la controvertida figura de uno de sus descubridores y Premio Nobel James Dewey Watson.
James Watson y la genética

Hoy en día la imagen de la estructura de doble hélice del ADN es, como mínimo, familiar para cualquier escolar. Sin embargo, a mediados del siglo XX la misma imagen no hubiera tenido ningún significado. Ni para el mayor sabio del momento, si se la hubiésemos puesto delante.

El modelo de la estructura molecular en doble hélice del ADN nació el 25 de abril de 1953, cuando la revista Nature publicó un pequeño artículo del biólogo James Watson y el físico Francis Crick que ha pasado a la Historia. Este descubrimiento abrió la puerta para comprender cómo se replica y se transmite la información genética del ser humano de una generación a otra. Por eso cada año celebramos en esa fecha el Día del ADN.

Persiguiendo al ADN

En 1869 Friedrich Miescher aisla por primera vez en la Universidad de Tubinga una sustancia entonces desconocida y que llamó «nucleína».

Solo en 1919 Phoebus Levene identificó la composición de un nucleótido que, supuso, generaba una estructura con forma de muelle con unidades de nucleótidos unidos a través de los grupos fosfato.

Frederick Griffith en 1928 deduce su función biológica al detectar la actividad de lo que llamó «principio transformante».

Estructura de la molécula del ADNEn 1930 Levene con su maestro Albrecht Kossel probaron que la nucleína de Miescher es un ácido desoxirribonucleico (ADN).

William Astbury produjo en 1937 el primer patrón de difracción de rayos X que mostraba que el ADN tenía una estructura regular.

En 1944 Oswald Avery, Colin MacLeod y Maclyn McCarty extrajeron el «factor transformante» comprobando que está constituido principalmente por «una forma viscosa de ácido desoxirribonucleico altamente polimerizado», ADN. Había nacido la genética molecular.

En 1952 Alfred Hershey y Martha Chase prueban el papel exclusivo del ADN en la transmisión de la información genética.

El 25 de abril de 1953 James Watson y Francis Crick publican en la revista Nature su famoso artículo titulado «Molecular Structure of Nucleic Acids: A Structure for Deoxyribose Nucleic Acid» y que marca el descubrimiento de la estructura del ADN.

En 1958 Arthur Kornberg logró sintetizar ADN en artificial y demostró la exactitud del modelo.

Y en 1962 Watson, Crick y Wilkins recibieron conjuntamente el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por la estructura del ADN. Sin embargo, como veremos, se desató el debate sobre quién debería recibir crédito por el descubrimiento.

Cuatro descubridores y tres Nobel

Descubridores de la estructura del ADNA partir de los trabajos del biofísico británico Maurice Wilkins, y de la cristalógrafa Rosalind Franklin, James Watson y Francis Crick desentrañaron la estructura en doble hélice de la molécula del ácido desoxirribonucleico (ADN). El descubrimiento del ADN se atribuye a estos cuatro científicos.

El 25 de abril de 1953, en la misma edición que el famoso artículo de James Watson y Francis Crick, Nature publica otros dos artículos relacionados con este descubrimiento y aportando evidencias experimentales que lo apoyaban. Uno de ellos sobre el trabajo de Rosalind Franklin logrando imágenes de ADN por difracción de rayos X y las investigaciones junto a Maurice Wilkins sobre la estructura de doble hélice.

Watson y Crick habían tomado como punto de partida las imágenes del ADN logradas por Franklin. Imágenes que sugerían una estructura helicoidal, y que Wilkins les había ofrecido sin permiso de ella. Según Francis Crick, la investigación y datos obtenidos por Franklin fueron clave para la determinación de su modelo de la doble hélice del ADN. Sin embargo, el Premio Nobel solo fue concedido a tres de ellos. Watson puntualizó años después que Franklin debió haber sido galardonada también con el Premio Nobel junto con Maurice Wilkins.

 

El polémico descubridor del ADN

Lógicamente, sentimos una profunda veneración científica cuando hablamos de uno de los padres de la genética molecular actual. Sin embargo, es difícil conciliar este sentimiento con el rechazo a otras facetas de su persona. Porque en diferentes momentos de su carrera, James Watson ha manifestado opiniones no solo muy criticables, sino también infundadas. Y esto le ha valido el rechazo del mundo científico y ha empañado la brillantez de su trayectoria.

James Dewey Watson nació en Chicago el 6 de abril de 1928. Con 22 años se doctoró en Zoología en la Universidad de Indiana. Poco después empezó a trabajar con el biofísico británico Francis Crick en los laboratorios Cavendish de la Universidad de Cambridge. Allí alcanzaron el descubrimiento que les haría famosos, la estructura del ADN. Por este trabajo en 1962 recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina junto al propio Crick y a Wilkins.

En 1955 se había trasladado a la Universidad Harvard, y en 1968 fue nombrado director del Laboratorio de Biología Cuantitativa de Cold Spring Harbor, Nueva York. Fue en esos años cuando escribió el libro The Double Helix (La doble hélice, 1968), historia del descubrimiento de la estructura del ADN. Lamentablemente, en este libro incluía desagradables opiniones personales sobre Rosalind Franklin, cuyos resultados fueron cruciales para poder desarrollar el modelo de la doblé hélice de ADN. En el libro la investigadora es relegada a un segundo plano, y atacada con comentarios impertinentes sobre cuestiones personales.

Hoy en día la imagen del ADN es familiar para cualquier escolar pero a mediados del siglo XX no hubiera sido reconocida por el mayor sabio del momento.

Otro de los aspectos más destacados de su carrera fue su activa participación en el proyecto Genoma Humano, fundado en 1990 para revelar la secuencia de ADN del genoma de nuestra especie y sus funciones. Sin embargo fue en aquellos años cuando levantó su primera gran polémica. Recibió duras críticas por decir que se debería otorgar a las mujeres la posibilidad de abortar si los análisis preparto mostraran que su hijo va a tener alguna característica no deseada, poniendo como ejemplo la homosexualidad.

Pero la otra gran polémica de Watson fue la que le hizo dejar su carrera en 2007. Esta vez fue por unas polémicas declaraciones sobre las diferencias de inteligencia entre grupos étnicos vinculadas a factores genéticos. Acusado de racista, numerosas instituciones científicas le criticaron y le cerraron sus puertas. El propio Laboratorio Cold Spring Harbor, de Nueva York, del que era presidente y trabajaba desde hacía 43 años, emitió un comunicado de rechazo y le suspendió de sus responsabilidades administrativas. Pocos días después dimitía tras presentar disculpas públicamente por sus palabras.

Y ya una década después, con 90 años, ha vuelto a la palestra con el documental “Decodificando a Watson”. En él se narra su vida profesional y personal y se reafirma en algunas de sus opiniones más polémicas. Por ejemplo, al afirmar de nuevo “hay una diferencia en las pruebas de inteligencia entre blancos y negros. Y yo creo que es genética”.

60 años después seguimos rindiendo homenaje a los científicos que descubrieron la forma que tiene nuestro ADN.

La relevancia científica de la figura de James Watson contrasta con su faceta personal y, como se señalaba en un reciente artículo de la revista española Genética Médica, “nos plantea una reflexión importante: la responsabilidad de las personalidades influyentes a la hora de manifestar sus opiniones personales”. En todo caso, el hombre que nos mostró como es el ADN, nos ha enseñado también algo con sus opiniones infundadas, la necesidad de aplicar el máximo rigor científico a la hora de usar la perspectiva genética para interpretar el mundo.

Watson, J. D. & Crick, F. H. (1953). Molecular Structure of Nucleic Acids: A Structure for Deoxyribose Nucleic Acid. Nature, 171 (4356), 737-738.

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