Adulta, células madre de tejido adulto

Adulta. Las 4 Fantásticas. Las células madre adultas

Hola! soy Adulta, una célula madre procedente de tejido y represento a las células madre adultas. También nos llaman células madre específicas de tejido. Somos fantásticas, como nuestras compañeras Cordónica y Embriónica. Nosotras, las células madre adultas somos células multipotentes, con algo menos de potencial que nuestras compañeras, pero con algunas claras ventajas que os explicaré.

¿Quiénes somos?

Células madre adultas de tejido en el cuerpo

Las células madre adultas o específicas de tejido procedemos de organismos que ya están desarrollados. Las más utilizadas y conocidas somos las células madre de diferentes tejidos del cuerpo humano adulto. De forma generalizada en los laboratorios nos conocen como “mesenchymal stem cells” (MSCs), en castellano, células madre mesenquimales.
Nos encontramos en tejidos específicos del cuerpo y nuestra función es generar células maduras de un determinado linaje dentro de ese tejido u órgano. Son las células diferenciadas las que se encargan de las tareas específicas del tejido y nosotras, las células madre, las que somos la fuente de todos esos tipos celulares.
Es importante tener en cuenta que sólo somos capaces de crear un número limitado de tipos celulares y que estos tipos celulares que podemos generar dependerán de nuestra procedencia específica. Por ejemplo, si procedemos de tejido nervioso sólo podremos dar lugar a células de ese linaje, neuronas, oligodendrocitos, etc. Mientras que si somos de médula ósea, seremos capaces de generar cualquier célula sanquínea.

Mantenimiento y reparación de tejidos

A lo largo de la vida de cada organismo adulto, las poblaciones de células madre adultas actuamos como un sistema interno de reparación. Podemos reemplazar las células diferenciadas que se pierden por desgaste normal, lesión o enfermedad.
Los científicos nos han identificado en muchos órganos y tejidos y han visto que solemos estar asociadas a localizaciones anatómicas específicas. Somos células discretas, y podemos permanecer quiescentes, es decir, sin dividirnos, durante largos periodos de tiempo. Sólo cuando se nos necesita cuando entramos en acción y nos dividimos para mantener y reparar los tejidos.
En el cuerpo hay tantos tipos de células y con diferentes grados de diferenciación que ha sido necesario detallar criterios para definir qué es una célula madre adulta y cómo identificarla y diferenciarla del resto de células del cuerpo. La Sociedad Internacional de Terapia Celular establece los criterios mínimos para definirnos como células madre adultas o células madre mesenquimales. Son criterios de cultivo celular in vitro y de marcajes para identificarnos claramente.
Lo primero, nuestra morfología en cultivo debe ser similar a la de los fibroblastos, debemos ser células adherentes, con capacidad multilinaje y multipotencial para diferenciarse en osteoblastos, adipocitos y condrocitos. Además, debemos expresar ciertas proteínas de superficie celular (las CD73, CD90 y CD105) y no expresar otras que son específicas de células diferenciadas (como los marcadores específicos de linaje CD45, CD34, CD14, CD19, CD11b y HLA-DR).

¿De dónde venimos?

Hasta la fecha se han identificado reservorios en los que vivimos las células madre adultas en diferentes partes del cuerpo.Y es muy probable que se vayan encontrando nuevas localizaciones con células madre adultas con funciones específicas.
Se nos puede localizar e identificar claramente en lugares como el cerebro, los folículos pilosos, la pulpa dental, el corazón o el hígado. Y, por supuesto, en las localizaciones más conocidas y, las primeras en ser descritas como la médula ósea, el tejido adiposo (la grasa) y la sangre.

Es interesante diferenciar nuestra utilidad fisiológica y estructural en el propio cuerpo durante la vida del individuo de nuestro potencial terapéutico y en investigación para científicos y sanitarios.En el cuerpo somos parte del organismo vivo y fundamentales para su supervivencia. Pero también se nos puede extraer del cuerpo, aislar y cultivar in vitro y tenemos potencial terapéutico y en investigación asombrosos.
Para poder trabajar con nosotras en el laboratorio ya sea para investigación o para terapias es necesario, lo primero, extraernos del tejido en el que estamos viviendo.
Las fuentes más habituales de obtención de células madre adultas son la médula ósea, el tejido adiposo y los concentrados de sangre. Es importante considerar que la obtención de células madre de estos tejidos se hace con intervenciones relativamente sencillas y que no afectan a la supervivencia del donante. Una vez obtenido el tejido debe tratarse de forma específica para aislar las células madre del resto de células y de la matriz extracelular.

Células madre adultas de médula ósea

En el caso de las células madre adultas que procedemos de médula ósea es necesario realizar una punción en un hueso,generalmente se hace de la cresta ilíaca para extraer parte de la médula y cultivarla. La médula ósea es un tejido que se encuentra en el interior de los huesos y que contiene una concentración elevada de células madre.

Células madre adultas de sangre periférica

También podemos proceder de sangre periférica. Ya que contiene células madre adultas que dan lugar al linaje hematopoyético, sin embargo su proporción es tan mínima que es necesario concentrar la sangre o bien someter a la persona a un tratamiento para que se liberen más células madre desde la médula al torrente sanguíneo y poder aumentar su proporción en la sangre circulante.
Tanto cuando procedemos de médula como de concentrados de sangre el método más adecuado para aislarnos es una separación de los diferentes tipos celulares por gradiente de densidad. Un método sencillo y muy útil para separar diferentes tipos de células sanguíneas en una muestra.

Células madre adultas de tejido adiposo

Cuando procedemos de tejido adiposo, la mejor forma de conseguir el tejido es una liposucción. Se obtienen muestras de tejido graso en las que estamos contenidas.
Posteriormente será tratado para extraernos y aislarnos de los adipocitos y de todos los lípidos que se acumulan en esa zona. Será necesario tratamiento de colagenasa para poder eliminar toda la matriz extracelular en la que estamos inmersas y que podamos ser cultivadas.

Extracción, aislamiento y cultivo de células madre adultas de tejido

¿A dónde vamos?

Las células madre adultas, tenemos un gran potencial terapéutico. Presentamos propiedades antiinflamatorias e inmunomoduladoras estimulando la regeneración de tejidos. Propiedades muy interesantes en enfermedades como las artrosis y artritis.
Además, somos capaces de sustituir otras células dañadas por enfermedad. Esto, junto con su relativa facilidad de obtención, mayoritariamente de la médula ósea o el tejido adiposo, nos hacen grandes candidatos para terapias contra enfermedades como leucemias, linfomas, mielomas y también, diabetes de tipo I o reparación del músculo cardíaco tras un infarto.
Sin embrago no hay muchas terapias aprobadas con células madre, y esto es debido a que su manejo y cultivo son delicados y podrían provocar cambios en las células que las hagan peligrosas para el paciente. En concreto cambios genéticos con potencial cancerígeno o presencia de contaminantes que llegan al paciente.

Terapias con células madre adultas

Actualmente diferenciamos las terapias sin cultivo, la extracción directa de células madre, éstas se pueden utilizar directamente para tratar al paciente, pero es una fracción heterogénea de células con una proporción mínima de células madre y las garantías de calidad y eficacia son cuestionables.
Por otro lado, para obtener un producto homogéneo de células madre es necesario recurrir al cultivo celular y asegurar que cumple los criterios mínimos para considerarnos células madre además de unos estándares de seguridad, calidad y eficacia. Pero, el cultivo se considera manipulación sustancial, por lo que dicho producto se catalogará en las agencias reguladoras como medicamento de terapia avanzada y debe estar autorizado por la AEMPS para su uso en tratamientos específicos. Actualmente, en España, hay tres autorizaciones de uso de células madre cultivadas para terapias.

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