Supervillanos: Bacterias, el terror procariota

¿Supervillanos? Trabajamos con cultivos celulares. Sabemos que existen. Si nuestras líneas celulares son como superhéroes, cada una con sus particulares poderes, también hay rivales terribles a los que deben enfrentarse. Vamos a hablar de ellos, de esos supervillanos que contaminan nuestros cultivos. Y empezaremos por las bacterias, uno de los principales enemigos en nuestro laboratorio de cultivo celular.

Detección de la contaminación bacteriana

Una de las principales claves para el control de los contaminantes de los cultivos celulares es la detección temprana y la toma de medidas de control para evitar la propagación de la contaminación. Esto es especialmente relevante en el caso de las bacterias debido a su alta tasa de división celular. Cuando un cultivo se contamina con bacterias, éstas pueden detectarse a los pocos días por observación directa al microscopio y por sus efectos en el cultivo celular.
En la observación al microscopio las bacterias suelen verse como pequeños puntos negros o brillantes entre las células, con un tamaño significativamente menor a ellas y generalmente con un ligero movimiento. Para poder verlas es necesario utilizar los objetivos de 20x o 40x y observar el cultivo en una superficie sin movimiento durante unos minutos.
Los síntomas más visibles en el cultivo son la aparición de turbidez y, en ocasiones aparece una fina capa blanquecina en los frascos, placas o botellas debido al crecimiento de las bacterias. Este crecimiento genera además una bajada del pH del medio que, debido a que la mayoría de los medios de cultivo tienen como indicador de pH rojo fenol, suele implicar un cambio de color del medio que se vuelve de un tono más naranjado o amarillento.
Respecto a las células en cultivo, la contaminación bacteriana suele generar un aumento de mortalidad y una ralentización de su tasa de crecimiento.

Uso de antibióticos

La adición de antibióticos, uno o un cóctel de varios, al medio de cultivo celular puede utilizarse para eliminar la contaminación bacteriana. Lo ideal es utilizarlos solamente a corto plazo y eliminarlos lo antes posible puesto que la utilización de antibióticos de manera habitual puede convertir a las bacterias resistentes en infecciones de bajo nivel y crecimiento lento. Estas infecciones son difíciles de detectar mediante observación directa al microscopio y pueden persistir durante largo tiempo alterando las funciones celulares. En ocasiones, al retirar los antibióticos se genera una contaminación a gran escala.
Los más utilizados son los cócteles de antibióticos penicilina + estreptomicina o gentamicina. En la elección del antibiótico, es importante conocer que algunos de ellos pueden tener reacciones cruzadas con las células e interferir con los procesos celulares.

Prevención de la contaminación por bacterias

La fuente más frecuente de contaminación bacteriana suele ser el ambiente y las personas por lo que la mejor manera de tener cultivos libres de bacterias es prevenirla mediante el cumplimiento de las buenas prácticas de trabajo en condiciones estériles. Generalmente las bacterias se transmiten por el aire por la generación de aerosoles durante la manipulación de los cultivos. Además, algunos equipos suelen generar grandes cantidades de partículas y aerosoles cargados de microbios, como las bombas y aspiradores de vacío, las centrífugas, las fuentes de calor y los congeladores.
Otro punto clave para la prevención de la contaminación bacteriana es un correcto protocolo de limpieza y desinfección, así como la correcta utilización por parte del personal de los equipos de protección personal, fundamentalmente guantes y una bata de uso exclusivo para el cuarto de cultivos.
Finalmente, es recomendable monitorizar de manera regular los medios de cultivo, soluciones de trabajo y sobre todo las instalaciones para detectar la presencia de bacterias antes de que lleguen a contaminar las células en cultivo.